Los bonos son instrumentos financieros de deuda emitidos por entidades gubernamentales, empresas o entidades públicas para financiarse.
Mediante estos instrumentos, los inversores aportan recursos destinados a financiar distintos proyectos estratégicos de la empresa o institución emisora. Los bonos representan el compromiso del emisor de reembolsar el capital principal junto con el pago de intereses.
Funcionan de la siguiente manera:
1. Deuda y financiamiento. Cuando una entidad emite un bono, está solicitando financiamiento. Los inversores que compran estos bonos están efectivamente prestando dinero a la entidad emisora. A cambio, la entidad se compromete a devolver el valor nominal del bono en una fecha futura determinada (fecha de vencimiento) y, por lo general, a pagar intereses periódicos (cupones) durante la vida del bono.
2. Rendimiento. Los bonos generan rendimientos para los inversores a través de los intereses que pagan, los cuales pueden ser fijos o variables, dependiendo del tipo de bono. Algunos bonos pueden pagar intereses periódicos, mientras que otros, llamados bonos a tasa de descuento, se emiten a un precio menor al valor nominal y se reembolsan por el valor nominal al vencimiento, generando una ganancia para el inversor.
3. Negociación en el mercado secundario. Los bonos también se negocian en el mercado secundario, lo que significa que los inversores pueden comprar y vender bonos antes de su vencimiento. En este mercado, los precios de los bonos pueden variar según las tasas de interés actuales, el rendimiento que ofrecen en comparación con otros activos financieros y las condiciones económicas generales.
En resumen, los bonos son instrumentos de deuda que las entidades emiten para financiarse, ofreciendo a los inversores la oportunidad de prestar dinero a cambio de intereses, con la posibilidad de vender esos bonos en el mercado secundario antes de su vencimiento.
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